El Bienestar y la Naturaleza como un “Protector” para Nosotros
- Las Nativas

- 21 nov
- 3 Min. de lectura
Por Las Nativas – Eco Lodge
En un mundo que se mueve rápido, que nos exige adaptación permanente y donde el trabajo, la tecnología y la incertidumbre parecen ocuparlo todo, cada vez es más importante volver a una pregunta esencial:
¿Cómo sostenemos nuestro bienestar cuando la vida diaria se vuelve intensa?
La ciencia del bienestar nos ofrece una respuesta poderosa:el bienestar subjetivo —lo que pensamos de nuestra vida y cómo nos sentimos día a día— mejora significativamente cuando entramos en contacto profundo con la naturaleza.
Y la naturaleza, cuando la dejamos acercarse, actúa como un verdadero protector.
¿Qué es el bienestar?
El bienestar subjetivo tiene dos dimensiones:
Cognitiva: cómo evaluamos nuestra vida cuando pensamos en ella (satisfacción, propósito, sentido).
Afectiva: cómo nos sentimos momento a momento (calma, alegría, estrés, gratitud).
Ambas son esenciales. Una vida que “suena bien” en la cabeza pero “no se siente bien” en el cuerpo no es bienestar completo.Y al revés, emociones agradables sin sentido profundo tampoco llenan.
La naturaleza trabaja sobre las dos dimensiones.
La naturaleza como reguladora de nuestras emociones
Cuando caminamos por un bosque, sentimos el sol, observamos el vuelo de un ave o escuchamos el paso pausado de un caballo, algo en nosotros cambia sin que tengamos que hacer ningún esfuerzo.
La neurobiología lo explica así:
Se activa el sistema parasimpático, que calma.
Baja el cortisol, la hormona del estrés.
Mejora la atención y la claridad mental.
Surgen emociones como la serenidad, la curiosidad y la alegría tranquila.
En la naturaleza, el cuerpo recuerda lo que la mente olvida:que estamos hechos para sentirnos parte de un entorno vivo, no solo para producir.
La naturaleza como amplificadora del propósito
La dimensión cognitiva del bienestar —la capacidad de sentir que nuestra vida tiene sentido— también se fortalece en contacto con la tierra.
¿Por qué?
Porque en la naturaleza:
los ritmos son más lentos,
las señales son claras,
todo tiene un ciclo,
y uno vuelve a sentirse parte de algo más grande.
Es frecuente que visitantes de Las Nativas digan:
“Acá me ordeno. Entiendo lo que quiero. Me vuelvo a escuchar.”
A veces, un amanecer en las sierras o el vínculo silencioso con un caballo hace más por la claridad interna que semanas de pensamientos dispersos.
La naturaleza nos devuelve al eje.
La experiencia animal como “ancla” emocional
En Las Nativas, nuestro encuentro con los caballos y la vida silvestre refleja otra dimensión protectora:la co-regulación.
Los animales —sobre todo los caballos— leen nuestro estado interno y responden desde la calma o la presencia.Esa interacción regula el sistema nervioso, crea seguridad y devuelve equilibrio.
Es bienestar afectivo en acción.Y, al mismo tiempo, reconecta con el propósito: ¿En qué otras áreas de mi vida puedo volver a esta coherencia?
La naturaleza como refugio y como maestra
La naturaleza no es solo un descanso.Es un entorno protector que:
amortigua el estrés,
restaura la energía mental,
inspira propósito,
fortalece la resiliencia,
y nos recuerda nuestra propia capacidad de regenerarnos.
Por eso, en este mundo que se vuelve más rápido, más digital y más incierto, necesitamos espacios donde el cuerpo y la mente puedan reencontrarse.
La naturaleza es ese espacio.
En Las Nativas creemos que el bienestar subjetivo no se construye únicamente con ideas o emociones aisladas.Se construye en relación:con otros, con uno mismo y con la tierra.
Por eso diseñamos experiencias que integran:
caminatas conscientes,
silencio en la sierra,
encuentro con la manada,
observación de aves,
descanso real,
y momentos de conversación profunda.
La naturaleza como refugio, como medicina suave y como guía.
Si sentís que el ritmo actual te dispersa o te agota, si te gustaría recuperar claridad, calma o propósito, te invitamos a volver a lo simple:
Respirar, caminar, observar, escuchar.....dejar que la naturaleza actúe.
En Las Nativas, creemos que no hay bienestar completo sin este vínculo.Y que cuando la tierra nos cuida, nosotros también aprendemos a cuidarnos mejor.




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